miércoles, 30 de octubre de 2013

Observaciones en relación a los hábitos culturales juveniles


La totalidad de los jóvenes encuestados utiliza Internet para consumir productos culturales y casi el 100% no paga por ello


Las mujeres disfrutan de más modalidades culturales. Existen diferencias dependiendo del sexo. Mientras los hombres prefieren escuchar música, devorar un buen libro, o ver una película, ninguno afirmó ir al teatro o a alguna exposición de arte. Las mujeres, sin embargo, hacen un mayor reparto en los métodos del consumo de la cultura. Sus preferencias son la música y el cine, seguidos del teatro. Contrasta que leen tres veces menos que los chicos, aunque al menos un 10% de ellas suelen disfrutar de la pintura.

Las mujeres van más al cine que los hombres y ponen más nota al cine españolCentrándonos en el cine, tan presente en los medios de comunicación por La Fiesta del Cine, vemos como dos terceras partes de los hombres dicen ir al cine en pocas ocasiones, el tercio restante suele ir con más asiduidad a ver una película. En cambio, las mayoría de las chicas suelen ir poco al cine, incluso el 10% de ellas no lo hace nunca. Además, el público masculino suele ser crítico con el cine español, ya que el 60% cree que es malo o regular, pero las jóvenes están más contentas con nuestro cine, el 60% cree que es bueno y ninguna lo considera malo o muy malo.

Incertidumbre con respecto al futuro de las formas tradicionales de consumir cultura. No hay mucha seguridad sobre qué ocurrirá en el futuro con los libros de texto impresos, los cds o los dvds. Las mujeres están totalmente divididas entre si estas formas tradicionales de consumo desaparecerán o no, mientras que los hombres que piensan que acabaremos por dejar de consumir cultura tradicionalmente superan en un porcentaje muy leve a los que piensan que continuaremos.

Los hombres gastan menos que las mujeres. Un tercio de ellos consumen menos de 10 euros mensuales en cultura, frente al bajo 10% de ellas. Por su parte, la gran mayoría de las chicas suelen gastar entre 10 y 20 euros, al igual que el 60% de los chicos. Sólo un 5% del total invierte más de 30 euros al mes en éste aspecto, y ninguno suele pasar de 50 euros.



Satisfechos con la oferta cultural madrileña. La mayoría, tanto de hombres como de mujeres, están satisfechos con la cantidad de cultura que se ofrece en Madrid.

Hábitos culturales en la juventud española


Los jóvenes y la cultura. Internet y la crisis. Cuatro elementos relacionados. Las nuevas tecnologías, la dificultad para conseguir un salario estable y las medidas del gobierno - la subida del IVA cultural en un 21%- han revolucionado la forma de consumir productos culturales. ¿Pero de qué manera?

Para averiguarlo hemos llevado a cabo un total de 100 encuestas a jóvenes de entre 19 y 21 años. 50 hombres y 50 mujeres han dado a conocer su actitud ante la cultura y qué esperan de ella en el futuro. Veamos sus respuestas


1. ¿Qué modalidad de la cultura elige?


2. ¿Con qué frecuencia va al cine?

 

3. ¿Qué opinión le merece el cine español?


4. ¿Utiliza Internet para consumir cultura?


5. ¿Cree que las formas tradicionales de consumir cultura desaparecerán?


6. ¿Paga por los contenidos culturales que adquiere en Internet?


7. ¿Cuánto dinero gasta mensualmente en cultura?



8. ¿Está satisfecho con la oferta cultural que recibe en Madrid?

martes, 29 de octubre de 2013

PERSONAJES: Tom Wolfe


Se necesita algo más que tiempo para disfrazarse de Tom Wolfe




“Cada mañana leo en papel el New York Times y el New York Post. El primero para saber qué pasa y el segundo para divertirme”. Palabras de Tom Wolfe durante una entrevista concedida a Orbyt (El Mundo). Un periodista de raza, gran precursor del Periodismo (con mayúsculas) tal y como lo conocíamos hasta que la era digital tiñó nuestras retinas y tergiversó los modos de consumo de información. Para él la ‘blogosfera’ supone una suerte de máquina trituradora de la verdadera labor periodística de calle. “¿Cómo puede escribir alguien una línea sobre nada sin salir a preguntar? El mundo está lleno de cosas salvajes que contar. En parte porque hay mucho analfabeto con dinero”. Las cosas claras. 

Wolfe nunca negó su propósito vital: alcanzar la gloria. Tampoco contradijo, en su día, un anhelo aún mayor: dedicarse a contar lo que veía. Ambos deseos, por todos es sabido, se contradicen. Nadie ignora que por dinero no se dedica uno a esto del periodismo. Lo que pasa es que Wolfe tenía pasión por las letras, por las palabras y por la escritura que describe, la que revela e innova.

Su lujoso apartamento en el Upper East Side de Nueva York no le han desviado de las preocupaciones que han trazado su biografía y, como no podía ser de otra manera, el legendario reportero -con grandes dotes de Sherlock Holmes-, empuña de nuevo la pluma para regalarnos su última labor de investigación novelada: Bloody Miami, un híbrido a medio camino entre la novela y el reportaje que relata las vivencias de inmigrantes cubanos en la ciudad del sol y las playas doradas después de su llegada. “Porque se ha escrito mucho sobre cómo llegan los inmigrantes. Pero muy poco sobre cómo es la vida aquí después de llegar”. Ese es uno de los ejes fundamentales que diferencia a Tom Wolfe: él sí observa cosas de las que otros no dan cuenta, o no lo suficiente. Periodismo señores. 



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