domingo, 3 de noviembre de 2013

EXPOSICIÓN: La Villa de los Papiros en Matadero Madrid

Lúdico viaje en el tiempo




La Villa de los Papiros es la única biblioteca de la Antigüedad clásica preservada hasta nuestros días. Quedó sepultada en el año 79 por la erupción del Vesubio y con ella, centenares de papiros carbonizados escritos en griego quedaron a la espera de ser redescubiertos. Situada en Herculano, cerca de Nápoles (Italia), fue encontrada a mediados del siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos de Borbón. En 1750 comenzaron las excavaciones arqueológicas capitaneadas por el ingeniero militar Roque Joaquín de Alcubierre y el ingeniero suizo Karl Weber, y lo que allí se halló dio lugar a un impulso renovador de la historia cultural europea. 


La exposición que recorre estos acontecimientos -desde la reconstrucción virtual realizada por el Museo Archeologico Virtuale di Ercolano (MAV) de la Villa de los Papiros, hasta las relecturas que se derivaron en el XVIII tras el hallazgo de los Papiros de Herculano-, muestra, en primera instancia, las expresiones artísticas que derivaron de uno de los conjuntos escultóricos con mayor relevancia de la antigua Roma. La Villa de los Papiros representaba el modo de vivir romano tomado de los Jardines atenienses, que hacían las veces de escuela para la obtención de la serenidad y felicidad cotidiana. En esta dirección, el espectador podrá recorrer una sala que muestra cómo era la educación en Roma, junto a los principales soportes de escritura utilizados, siendo éstos las tablillas, el papiro y el pergamino. Por aquel entonces la lectura íntima y privada era accesible para muy pocos, y a menudo la obtención de información dependía de los ‘libertos’, que eran los esclavos que realizaban las lecturas en voz alta para la colectividad. 
Las excavaciones borbónicas propiciaron, en el plano científico, un hito de la tecnología del siglo XVIII: la máquina del padre esculapio Antonio Piaggio, que consiguió desenrollar los muy frágiles papiros carbonizados encontrados en la Villa. El único de ellos que se conserva íntegro, con casi cuatro metros de longitud, se puede presenciar estos días en Casa del Lector del Matadero de Madrid
Otra de las joyas que allí se encuentran es el retrato de Terencio Neo y su mujer, célebre obra de arte pompeyana que corona el final de la exposición. 
En el plano editorial, cabe destacar la labor de los viajeros del ‘Grand Tour’, Antonio Francesco Gori y Marcello Venuti, cuyas obras testimoniaron los hallazgos que afloraron durante las excavaciones de Herculano, que atrajeron hacia Nápoles a numerosos eruditos durante la segunda mitad del XVIII. 
Un proyecto organizado por Casa del Lector y el MAV  bajo el comisariado de Carlos García Gual y Nicola Oddati que propone un espectacular salto en el tiempo y permite adentrarse en el sistema educativo y de conocimiento que se llevaba a cabo en el año 79 y que quedó sumido en el olvido hasta la expedición de 1750. 

De izq. a dcha.: Cálamo (punzón), tablilla y tinta  
Máquina de Piaggio
Fotografía: © Manuela Medina

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